Más allá del currículum: Cuándo SÍ y cuándo NO contratar talento sobrecalificado.
Las decisiones de contratación suelen tener un impacto directo en la operación diaria, aún más marcado en las PyMEs.
Cada nuevo integrante puede marcar la diferencia entre avanzar con solidez o generar fricciones en el equipo.
Cuando en las entrevistas encontramos a un candidato que sabe mucho más de lo que necesitamos en la empresa, decimos que es un candidato sobrecalificado.
Puede contar con más experiencia, formación o habilidades de las que el puesto requiere, pero… ¿esto es realmente conveniente para tu empresa?
Por ejemplo:
Buscas a alguien para manejar redes sociales, pero llega un candidato que fue Director de Marketing en una empresa transnacional
Tiene más conocimientos, más experiencia y más ideas.
Suena tentador contratarlo, ¿verdad?
Pero hay que mirar con cuidado.
Los pros de contratar a alguien sobrecalificado
1. Experiencia que impulsa resultados inmediatos.
Estos candidatos suelen tener autonomía y capacidad para resolver problemas sin depender tanto de supervisión.
En una PyME, donde los recursos son limitados, esto puede traducirse en eficiencia y mejora de procesos.
2. Aporte estratégico.
Su visión más amplia le permite ver lo que otros no ven, detectar oportunidades de mejora, aportar ideas innovadoras y profesionalizar áreas que aún están en desarrollo.
3. Mentoría interna.
Contar con alguien con más experiencia puede fortalecer la curva de aprendizaje del equipo.
Muchas veces, sin buscarlo, se convierten en mentores naturales que elevan el nivel del resto.
Los contras (que pocas veces se mencionan)
1. Desajuste de expectativas.
Si el puesto no ofrece retos acordes a su perfil, se desmotivará rápidamente.
Esto lo llevará a buscar nuevos desafíos —generalmente en otra empresa—, algo especialmente costoso para una PyME.
2. Impacto en la cultura interna.
En las PyMEs, las dinámicas de trabajo suelen ser muy flexibles, cercanas y de multitarea.
A veces, esto choca con estilos más estructurados y tareas estrictamente definidas, lo que puede retrasar o impedir el trabajo en equipo.
3. Brecha salarial o de reconocimiento.
A veces, la PyME no puede ofrecer una remuneración equivalente a lo que el candidato obtenía anteriormente, o los proyectos venideros no le otorgarán crecimiento profesional.
Esto puede hacerlo sentir estancado, generando frustración a corto plazo y afectando la estabilidad del vínculo laboral.
Retomando el ejemplo del ex Director de Marketing:
• En su primera semana podría optimizar tus anuncios, definir ideas más sólidas y mejorar tu alcance sin ayuda externa.
• Podría proponer que las redes no solo “hablen del producto”, sino que comuniquen la esencia de la marca, midan resultados y contribuyan a los objetivos del negocio.
• Crear un calendario de contenidos, definir roles y capacitar al equipo, elevando el nivel del área completa.
Pero…
• Puede que al segundo mes sienta que el trabajo es demasiado simple o repetitivo y pierda motivación, porque está acostumbrado a liderar equipos, no a ejecutar tareas operativas.
• Tal vez espere tener un gran presupuesto para la estrategia digital o analistas que no existen. Sin embargo, en una PyME todo se mueve rápido, con menos recursos y mucha improvisación, lo que podría generarle frustración.
• Quizás acepte el puesto solo para “no quedarse sin trabajo” o porque lleva tiempo buscando, pero es probable que, al poco tiempo, busque una posición más acorde con su nivel, con más recursos o con un reto mayor.
Entonces, ¿debería una PyME contratar a alguien sobrecalificado?
La respuesta depende de la etapa, madurez y proyección de la empresa, así como de qué tanto esté dispuesta a adaptar el puesto.
Si la PyME puede ofrecer retos, autonomía y apertura para que esa persona aporte su experiencia, la sobrecalificación puede convertirse en una gran oportunidad de crecimiento.
Pero si el rol es rígido, con poco margen de desarrollo o sin posibilidades de aprendizaje, el riesgo de perder motivación (y al colaborador) es alto.
Contratar a alguien sobrecalificado no siempre es un error, pero tampoco una garantía de éxito.
El verdadero desafío está en alinear expectativas: que la empresa tenga claro qué puede ofrecer con base en sus recursos y necesidades, y que el candidato entienda qué tipo de reto va a asumir.
Solo así puede construirse una relación laboral valiosa y duradera.
En recursos humanos, no se trata solo de cubrir vacantes, sino de crear relaciones sostenibles y beneficiosas para ambas partes.
Porque al final, se trata de tener a la persona correcta en el puesto correcto.
¿Has tenido experiencias con personal sobrecalificado? ¡Cuéntanos en los comentarios! Y si buscas que tu equipo (grande o pequeño) logre resultados medibles, hablemos de cómo Grupo VIO puede ser tu aliado.
